Ya llevábamos unos dias con Astro, y la verdad que a parte de tener miedo a las personas ya empezaba a responder correctamente y se le veía tranquilo a nuestro lado. Normalmente realizamos 2 o 3 salidas a la calle de una duración aproximada de 1 hora.
Por suerte en nuestra localidad disponemos de un correcan con una valla de protección de una altura media de casi 2 metros, en el que pasamos la mayor cantidad de tiempo, ya que allí disfrutaremos de más compañía canina y de sus respectivos dueños.
La tarde transcurría tranquila y Astro me seguía como de costumbre atado a nuestra correa. Como vimos que la zona era segura y que los perros que ya habían en el correcan no le agobiaban, pensamos que seria correcto que se sintiera algo más libre aunque fuese entre unas vallas. Mi sorpresa fue que tras unos minutos de tranquilidad, algo perturbó a Astro, el cual recorría el correcan intentando huir de algo que desconocía. En ese mismo momento, no quise agobiarlo, porque creía que no era necesario preocuparse mas allá de un pequeño miedo que pudiera tener.